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Acordamos cómo se calcula el FAS teórico


Consensuamos junto al Ministerio de Agroindustria de la Nación y las Bolsas de Cereales

el mecanismo adecuado para calcular la capacidad de pago de la industria.

Uno de los logros alcanzados por ASAGIR en 2017 tiene que ver con consensuar junto al Ministerio de Agroindustria de la Nación y las Bolsas de Cereales el mecanismo adecuado para calcular la capacidad de pago de la industria. Hasta entonces, las diferencias de criterio respecto de cuánto debería valer la tonelada de grano de girasol venían acarreando discusiones innecesarias en la cadena.

Es importante recordar que en girasol, la diferencia entre el precio FAS y el FOB son los costos de “fobbing”, que en los granos que se exportan tal cual son unos doce dólares pero en el caso del girasol la diferencia es mayor y esto se debe a que se trata de un grano que se industrializa en su totalidad por lo que cuenta con elevados costos e impuestos.

La industria exportadora toma como parámetro la cotización en Ucrania para fijar el valor por tonelada del producto. En primer lugar, la exportación estima su valor FOB promedio esperado en base a tres datos: el precio en las posiciones futuras inmediatas en Ucrania (que suele ser un 10% inferior al de Rotterdam); el valor logrado por la venta de harina proteica en los mercados interno (FAS) y de exportación (FOB); y por último los rendimientos promedio esperables en la molienda.

Pero este valor también está sujeto a otras deducciones, como el concepto de costo industrial y las actividades necesarias para llevar desde la puerta de fábrica al puerto el aceite a granel, y que se conoce como fobbing. También condicionan el precio del producto los costos por servicios del corredor de granos, los correspondientes al impuesto a los créditos y débitos bancarios, el sellado de los contratos y un costo de intereses por los aproximadamente 60 días que transcurren entre el egreso financiero (por compra de grano) y la liquidación de los dólares producidos por la venta externa.

Por otro lado, el productor recibe una bonificación del 2% por cada punto adicional de rendimiento por encima de la base. En la Argentina, el estándar de comercialización establecido es del 42% aceite. En el caso del sur de la provincia de Buenos Aires, la bonificación promedio es del 11% -descontada la merma por eficiencia de extracción -ya que se ha demostrado que el porcentaje de materia grasa ronda el 47,5%, es decir, 5,5 puntos por encima de la base.


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