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Claves de cosecha: para que no se pulvericen los granos


claves para cosecha

¿Cuánto pueden valer las pérdidas? La respuesta a la pregunta puede ser que las pérdidas valen lo mismo que el tiempo y el conocimiento que se precisan para anularlas. Es decir, que el camino a seguir para evitar estas pérdidas es invertir tiempo y conocimiento en poner a punto los equipos. Ello forma parte de la logística imprescindible del trabajo. Podemos revisar algún ejemplo extraído de la práctica.


Una máquina corriente, acompañada de la capacidad de transporte adecuada (acoplados y camiones) y superficie disponible para la cosecha, puede entregar 42 toneladas por hora de trigo o bien 110 tn /hora de maíz, o 25 tn/h de soja. Ese puede ser el ritmo que alcance una cosechadora de alta capacidad de trilla en buenas condiciones de trabajo. De esta manera, toda pérdida en pocos minutos será una buena cantidad de dinero que quedará tirado en el rastrojo.


Para mayor detalle puede recurrirse al ejemplo de un lote de soja en el cual, antes de que pase la máquina, en una superficie de un metro cuadrado repetida varias veces se cortan las plantas y se las trilla a mano, recolectándose 500 gramos de granos (semillas) por metro cuadrado, equivalente a 5 tn/ha de rinde.


También se recogen antes de que pase la cosechadora los granos que se encuentran tirados en el suelo, producto de la acción de agentes climáticos, pájaros y toda pérdida que no es causada por la máquina.


En nuestro ejemplo, se juntan por metro cuadrado (repetimos la medición 3 o 4 veces en un lugar representativo del lote) 15 semillas (usamos la palabra semilla en lugar de grano para no confundirnos con gramos). Otro dato a tener en cuenta es que el peso de 1.000 semillas es de 170 gramos. Esas 15 semillas por metro cuadrado equivalen a 25,5 kg/ha de pérdidas naturales -número conocido luego de un par de sencillas multiplicaciones-, que no serán tenidas en cuenta ya que la cosechadora no es causa de las mismas.


Luego aparece la cosechadora con su flexible de 10,5 metros de ancho, y en el trabajo las pérdidas encontradas en el suelo son, tras el paso de la máquina, 175 semillas/m2. A este valor se le restan las 15 semillas que había antes del paso de la máquina, y entonces las pérdidas serán 160 semillas /m2, que equivalen a 272 kg/ha. Son las corrientemente llamadas pérdidas de cosecha.


Es decir que si el cultivo entrega 5.000 kg/ha (rinde antes de la cosechadora), restando las pérdidas (5.000 kg/ha – 272 kg/ha) deberían llegar al silo 4.728 kg/ha. Pero resulta que, según el medidor continuo de rinde y considerando la humedad, llegan al silo 4.707,6 kg/ha en lugar de los 4.728 kg/ha.


Es decir que, además de los 272 kg/ha que quedan en el suelo hay 20,4 kg/ha que desaparecen, se pulverizan, más allá de las diferencias de humedad o de funcionamiento que el monitor de rinde pueda acusar. Este grano pulverizado que desaparece lo hace debido a una trilla demasiado agresiva que lo transforma en harina antes de que llegue a la tolva de la cosechadora. Es corriente que el productor se contente con el número del monitor de rinde, y entonces desconozca el grano cosechado. Rara vez determina el grano cosechable, y mucho más raro es que mida pérdidas a mano y compare valores.


No obstante ello, se pueden cuantificar las pérdidas respecto del rinde del cultivo (grano cosechable). En el caso del ejemplo será 5.000 kg/ha – 4.707,6 kg/ha = 292,4 kg/ha son los kg/ha que no llegan al silo.

En porcentaje del cosechable será (292,4 / 5.000) kg/ha x 100 = 5,85 %.


Si el valor de la soja es de unos 300 U$S/tn, la pérdida de 292,4 kg/ha, equivale a 87,72 U$S/ha. Y se cosechan 7 ha/h, se pierden 87,72 U$S/ha x 7 ha/h= 614 U$S/h.


Ante estos números del ejemplo tengamos en cuenta que consideramos una pérdida del 5,84% respecto del rinde potencial (grano cosechable), que este rinde potencial es diferente a lo que acusa el monitor, salvo que las pérdidas sean cero absoluto. La tecnología disponible permite que, con equipos puestos a punto y controlando su velocidad de avance, las pérdidas sean efectivamente nulas.


La pregunta es: ¿está usted seguro de que la cosechadora en su lote pierde cero? La respuesta queda para luego de que la máquina entre al lote.


Por Juan B. Raggio

Fuente: Clarín Rural

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