Lo aseguraron científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de los Estados Unidos que estudian las lluvias de convección con granizo que ocurren en esta provincia argentina.
Se trata del Proyecto Relámpago y participan técnicos del INTA.
Destacada por sus ríos, sierras, paisajes y gastronomía, Córdoba, además, tiene otras características que la convierten en una región única a escala mundial. Es que los científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos aseguraron que en esta provincia argentina se desarrollan las tormentas más altas y electrificadas del mundo.
Por este motivo y tal como en la película Twister, decidieron cazar las tormentas, a bordo de aviones y camionetas de la NASA, para entenderlas y estudiar tanto su causa y desarrollo como el impacto hidrológico. El proyecto se llama Relámpago y participan cerca de 200 investigadores de Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Para que esto sea viable, instalaron instrumental específico en toda la Cuenca del río Carcaraña y trabajaron junto con el INTA, el Conicet, las Universidades de Córdoba y Buenos Aires y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
“Las tormentas más altas y electrificadas del mundo ocurren en esta región”, aseguró Dave Gachis –investigador de Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR)– quien no dudó en confirmar que esta es una de las razones por las que “graniza con más frecuencia que en otras zonas del mundo”.
Por su parte, Francina Domínguez –investigadora de la Universidad de Illinois, Estados Unidos– detalló que “el proyecto Relámpago tiene por objetivo estudiar las precipitaciones de meso escala que se desarrollan en Córdoba y migran hacia el Este, causantes de una de las tormentas convectivas más intensas del mundo”.
“Van a venir muchos investigadores a entender por qué nacen estas tormentas, cómo se organizan, crecen y se mueven”, especificó, al tiempo que completó: “A su vez, investigarán los impactos en términos de granizo, relámpagos, lluvias muy intensas y de inundaciones”.
Para esto, se instalaron estaciones en toda la Cuenca del rio Carcarañá, para luego modelarlas con modelos numéricos que van a ayudar a predecir cómo estas tormentas generan tanto caudal como inundaciones.
A su vez, se instaló una serie de featrímetros para medir las napas. “Entender los niveles de las napas y cómo han cambiado es algo crítico para las inundaciones. Esto es otra de las cuestiones que estamos tratando de entender”, explicó Domínguez.
En este contexto, Pablo Bollatti –especialista en napas del INTA Marcos Juárez, Córdoba– destacó la importancia de sumar las variables freáticas a la investigación. “Se estudiarán tanto en predios afectados por las inundaciones como en aquellos en los que se realiza un uso diferente de los suelos para poder contrastar las variables”, explicó.
A tal fin, se instaló un freatímetro en cada torre de medición que, a su vez, cuenta con un sensor automático que releva datos cada 5 minutos. “Los datos obtenidos servirán como variable de entrada para la modelación de la influencia de las tormentas y el uso del suelo sobre la napa freática, lo que permitirá construir un balance hídrico muy preciso para, luego, estudiar los efectos tanto a escala regional como de toda la cuenca del río Carcarañá”, detalló Bainotti.
Con el aporte de sus investigadores, extensionistas, predio y maquinarias, el INTA participa de este convenio internacional para el estudio de un sistema complejo. “De no abordarse de manera interinstitucional e interdisiplinaria, sería muy difícil de llegar a obtener un resultado integral”, concluyó el técnico de Córdoba.
El proyecto está financiado en parte por Estados Unidos e involucra a la NASA y la Agencia de Investigaciones de ese país, el United States Department of Agriculture (USDA) y cerca de 10 Universidades norteamericanas y el aporte local de la Universidad de Córdoba, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el INTA, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet.