top of page

Cómo aprovechar el potencial de un maíz de punta


maíz de punta

En La Lolita, al norte de Buenos Aires, el AX 7761 de Nidera alcanzó un promedio de 130 qq/ha contra un promedio general 121 qq/ha que logró la totalidad del maíz sembrado en el campo. Guillermo Serventi relata cuál es la estrategia que usa para que la genética se exprese.


Estancia La Lolita es un establecimiento ubicado hacia el sudoeste de Colón, más precisamente en Estación Marcelita, en el límite entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. Hace 26 años que Guillermo Serventi trabaja en la empresa que pertenece a Administración Enrique Duhau. Se desempeña como gerente de producción y está a cargo de las 2875 hectáreas que integran el campo que desde 1994 se dedica exclusivamente a la actividad agrícola.


Aquí los suelos son serie Rojas –oscuros, profundos y bien drenados- y la rotación se basa en un 33% de trigo, soja, maíz y soja de primera. Todo en siembra directa. En la última década las precipitaciones anuales rondaban los 1000 milímetros pero en las últimas campañas el régimen ascendió a unos 1400 a 1600 milímetros.


“En la última campaña fueron 1250 milímetros”, recuerda Serventi y acota: “arrancamos con perfiles bastante cargados y después fue un año relativamente seco. Pero al tener las napas altas todavía se pudo conservar un buen rendimiento del cultivo”. Detalla: “tuvimos problemas de encharcamiento en unas 400 hectáreas y napas a 50 centímetros, pero no perdimos cultivo porque directamente esos lotes se dejaron de sembrar”.


Así y todo, la campaña cerró para La Lolita con un rendimiento promedio de 121 quintales por hectárea de maíz, 53 quintales de soja y la soja de segunda, que venía alcanzando los 42 quintales, cayó a 31 a raíz del temporal que afectó el rendimiento y la calidad por desgrane y brotado al demorar el momento de trilla.


Pero el rinde más destacado en maíz lo dio el AX 7761 VT3P de Nidera Semillas. “Hace años que somos clientes de la empresa. Con este híbrido tuvimos un promedio de 130 quintales por hectárea, con picos de 134 y de 150 en algunas franjas”, relata Serventi.


La estrategia: sembrar los primeros días de octubre con una sembradora neumática a 76 centímetros. “Esto nos da una densidad mayor, de 6,2 o 6,5 plantas por metro. Se hace una fertilización antes de la siembra de 200 kilos de urea y unos 120 o 130 de MAP. Con la semilla se agregan unos 50 kilos más como arrancador. Además, este año agregamos refertilizaciones con otros 70 kilos de urea en V8 o V10”, detalla y aclara que en todos los casos se realiza un análisis de suelo previo.


“Creíamos que estábamos muy justos con el nitrógeno que habíamos puesto y veíamos que los cultivos estaban muy buenos, por eso decidimos la refertilización. Pero en medio de eso se cortó la lluvia. De todas maneras teníamos algo de napa por lo que la planta pudo tomar agua de ahí y responder en rendimiento”, relata. En medio, se hizo una aplicación de fungicida para roya en V6 o V8. La cosecha se realizó entre el 15 y el 20 de marzo.


De cara a la nueva campaña, Serventi explica que a raíz de las lluvias tuvieron que achicar un poco la superficie de trigo, que fue destinada a soja. En tanto, en maíz, el plan es no arriesgar, sembrar en buenos campos y diversificar los materiales. “Generalmente los bajos se siembran con soja de primera o alguna soja tardía para aprovechar la superficie”, explica.


Para el responsable de producción de La Lolita, la buena genética siempre da respuestas satisfactorias en el cultivo de maíz. “En general, con buen manejo, las líneas de punta rinden en forma parecida, aunque siempre hay algún material que se destaca”, dice. Para identificarlos, Serventi realiza ensayos de fertilización y densidades en el campo, y siempre prueba algún material nuevo. Por ahora, el AX 7761 VT3P lleva la punta.

guillermo serventi


35 visualizaciones
bottom of page