El girasol viene en racha. En la última cosecha superó las 3,3 millones de toneladas, a pesar de la sequía que castigó fuerte al resto de los cultivos de verano, y ahora una proyección de siembra estima que crecerá un 8,6% la superficie que ocupará el cultivo. Se implantarán 1,9 millones de hectáreas, con un aumento de 150.000 hectáreas en comparación con el ciclo anterior.
“Los resultados preliminares indican una importante expansión de la oleaginosa en las regiones del norte del país, principalmente el NEA; mientras que sobre los núcleos productivos de Buenos Aires y La Pampa el girasol se perfila para recuperar el área que no pudo ser implantada durante la campaña pasada por los excesos hídricos”, indica un informe previo al comienzo del ciclo, que acaba de publicar la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La superficie que ocupará el girasol esta campaña es un 24% superior al promedio de las últimos cinco ciclos (1,53 millones de hectáreas), pero habrá que esperar hasta fines de noviembre y principios de diciembre, cuando se terminan de implantar los últimos lotes, para ver si la intención de siembra se concreta.
Una de las variables que impulsa al cultivo, es que luego de la severa sequía del verano, las lluvias de abril y mayo recargaron los perfiles en el noreste y sur de Santa Fe, en el oeste de La Pampa y también en la Cuenca del Salado, en la provincia de Buenos Aires, en donde la condición de humedad va de buena a óptima.
En cambio hay regiones del oeste de Chaco, del noroeste de Santa Fe y del sudoeste bonaerense que “mantienen un estado hídrico deficitario -advierte la Bolsa porteña-, producto de la ausencia de lluvias durante el último mes, que podría afectar al comienzo de la siembra de la oleaginosa”.
Este escenario podría revertirse si se cumplen las perspectivas climáticas para el resto del invierno.
“Proyectan vientos del trópico que causarán períodos templado y cálidos de cierta duración y aportarán humedad para la producción de precipitaciones algo superiores a la media estacional”, indica el informe.
La ecuación económica del cultivo (costo de insumos versus cotizaciones) sigue siendo favorable y en esta variable incide, desde hace varias campañas, la decisión del gobierno de eliminar las retenciones que pesaban sobre el cultivo, que se concretó a fines de 2015.
“Los mayores incrementos en la intención de siembra se relevaron sobre el NEA, región que ante una adecuada oferta hídrica podría comenzar con la siembra en los próximos días, y en aquellos sectores de Buenos Aires y La Pampa, donde el girasol podría expandirse sobre el área anegada durante el ciclo previo”, concluye el informe de la Bolsa porteña.