El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) trabaja junto al Estado desde hace años para lograr la reapertura de un mercado estratégico y de alto poder adquisitivo.
“Estados Unidos, que es uno de los principales países exportadores de carne a nivel mundial, pero también es un mercado que importa grandes volúmenes y es muy codiciado por todos los países productores, dado su alto poder adquisitivo”, aseguró Ulises Forte, Presidente del IPCVA, que celebró la buena noticia para la cadena de ganados y carnes.
“Hace muchos años que trabajamos por su reapertura y, de hecho, fue el Instituto el que financió en su momento el ‘panel’ (instrumento para dirimir diferencias comerciales entre dos países) que se le realizó a los Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) dada la injusticia del mantenimiento del cierre una vez superados los inconvenientes sanitarios; juicio que fue favorable a la Argentina”, recordó.
No obstante, según los especialistas, aún restan aguardar algunas definiciones que demorarían un par de meses los primeros embarques, como por ejemplo saber si las plantas habilitadas son las mismas que exportaban antes del cierre o se habilitarán nuevas.
La reapertura del mercado, según Forte, no solamente permitirá nuevos negocios para el país sino que además, “nos habilitará el paso por tierra a Canadá”, otro aspecto muy esperado para abastecer un mercado abierto hace relativamente poco tiempo. Por otra parte, confiere a la Argentina un cierto ‘status sanitario’ no escrito a nivel global que posibilitará pensar en otros destinos del Caribe (por ejemplo, Jamaica), iniciar las negociaciones con México, y “ayudará” en las negociaciones en curso con otros mercados muy exigentes y de alto valor, como Japón y Corea.
Otro aspecto destacable de Estados Unidos es que paga buenos precios para la carne destinada a hamburguesas (dentro de la cuota), en el orden de un 15% superiores a los de otros destinos (rondan los U$S 4.000 la tonelada), y también por los cortes especiales de gran valor destinados a cadenas de restauración especializadas (por ejemplo el ojo de bife) y otros productos específicos, como el vacío para la cocina Tex Mex.
“La apertura de Estados Unidos es una nueva muestra de que el trabajo conjunto entre privados y el Estado redunda en beneficios para toda la cadena de ganados y carnes y, por extensión, para todo el país, empezando por los miles de pueblos relacionados directa o indirectamente con la ganadería y la industria frigorífica”, concluyó Forte.