Con instalaciones sencillas, manejo simple y animales de gran mansedumbre, la raza caprina Boer permite producir carne con contenido proteico de altísima calidad y valor diferenciado, logrando una rentabilidad superior al cultivo de soja.
La cría de cabras es una actividad ganadera característica de las zonas áridas, de montes y serranías marginales a la agricultura, como Santiago del Estero, Catamarca, Chaco, el norte de Córdoba y San Luis, este y sur de Mendoza, y oeste y sur de La Pampa, donde históricamente se encontró una población muy interesante, y hoy muchas chacras cuentan con importante cantidad de ejemplares.
Se trata de un animal muy rústico, económico, de fácil manejo y gastronómicamente muy codiciado por el turismo, debido a la exquisitez de su carne, reconocida como plato tradicional con sello distintivo de las zonas serranas y áridas.
Pero en los últimos años, en la zona agrícola núcleo a través de la raza carnicera Boer, originaria de Sudáfrica, la cabra intenta tener su lugar en la chacra mixta, como una eficiente y económica alternativa de producción de carne de calidad, que incluso se paga, al menos en los grandes o medianos centros urbanos, a un precio mayor respecto de la vacuna u ovina.
Biotipo carnicero para producir carne alternativa
La cabra Boer es un biotipo carnicero, cuya cría se está impulsando en la región agrícola central desde diferentes ámbitos para la producción de carnes alternativas. A diferencia de la cabra convencional, la Boer es muy mansa, tranquila y dócil. Posee buenos cuartos, aplomos, pecho y arco costal, todos aspectos que a la hora de evaluar un animal son muy importantes, por ejemplo en las exposiciones, donde también se observa entre los ejemplares que se presentan, el fenotipo de las guampas, de orejas y pigmentación.
Por lo tanto, la producción caprina es una interesante alternativa de producción de carne de calidad que, de a poco, quiere ganar terreno en la Pampa Húmeda como valor agregado en origen, a través del trabajo de cabañas y productores de la zona en el mejoramiento de los rodeos a partir de la raza carnicera Boer. Hace seis años, la familia Carlos viene trabajando con éxito en esa raza caprina, en su campo de 90 hectáreas ubicado entre las localidades de J.A de la Peña y Acevedo, partido de Pergamino, en el norte bonaerense.
Para conocer el manejo en la zona de una especie cada vez más difundida en la región agrícola, y criada entre lotes de soja, maíz y alfalfa, en las mejores tierras del país, incluso compitiendo en rentabilidad con el cultivo de soja, Nuevo ABC Rural visitó el exitoso establecimiento familiar y dialogó con su titular, el ingeniero agrónomo Fabián Carlos, quien trabaja junto a su hijo Federico.
Producción intensiva diferente para la zona
“Siempre tuvimos criadero de cerdos, y quisimos realizar otra producción intensiva, pero diferente para la zona y que tenga muy poca competencia”, señaló Fabián, quien comenzó a criar hace seis años con un padrillo y 20 hembras traídas de una cabaña de Chaco, para luego ir incorporando ejemplares de diferentes zonas como Malargüe y Bowen en Mendoza, contando actualmente con más de 500 cabras.
“Si bien al principio el manejo no fue tan sencillo como pensábamos, debido a las características de humedad de nuestra zona, el entrenamiento que tenemos de un trabajo tan intensivo con el cerdo, nos permitió adaptarnos más fácilmente a la cría de cabras”, apuntó.
Para diferenciarla de la oveja, el ingeniero agrónomo destacó que “la hembra Boer cuenta con cinco meses de gestación y dos meses de destete, lográndose dos partos cada 14 meses, y en la zona una carga de 30 animales por hectárea”.
Ciclo productivo de una raza muy prolífera
Respecto al ciclo productivo, Fabián informó que el desarrollo pleno de la cabra se da al año de vida; a partir de entonces se le da servicio, aunque se puede dar antes cuando esté por encima de los 27 kilos, pero advirtió que en ese caso se detiene su crecimiento. “Un macho puede servir entre 40 a 50 hembras, las que tienen dos partos cada 14 meses”, indicó. “La Boer es una raza muy mellicera e incluso puede ser trillicera, sin problemas de desarrollo del cabrito y con gran facilidad de parto, aunque con el tercer cabrito se disminuye mucho su habilidad materna, ya que son de abandonarlo en el campo si no la sigue, siendo algo en lo que hay que estar muy atentos para ir a buscarlos y evitar su mortandad”, remarcó.
Federico apuntó, además, que cuando la cabra está preñada no se debe manipular ni hacerle ecografías, porque cualquier situación de estrés le provoca aborto. “El destete de los cabritos se realiza a los 60 días y mientras tanto también comen alimento iniciador de ternero a discreción, para luego ir a engorde a campo”, comentó.
Alimentación, instalaciones y sanidad
- ¿Qué alimentación se le brinda?
- Las praderas son de pastura consociada de alfalfa, festuca, lotus y trébol, ya que la cabra tiene la ventaja de que normalmente no se empasta. También nos manejamos en los comederos y parideras con ración a base de granos de maíz y verdeos de sorgo, todo de producción propia, y luego de la cosecha los animales se llevan al rastrojo.
- ¿Cómo son las instalaciones?
- Como la Boer es muy mansa, tranquila y dócil, al (alambrado) eléctrico lo respetan perfectamente y no saltan los alambrados, los cuales deben ser de buena calidad, de 8 ó 9 hilos. Los comederos y parideras son todos muy sencillos, es más ingenio que otra cosa, y la inversión es baja. Nosotros utilizamos postes de luz de descarte, pallets y chapas; lo más costoso son los alambrados.
Como las cabras son originarias de zonas áridas, no les gusta mojarse ni tampoco toleran la humedad, por lo que en nuestra zona necesitan tener un lugar donde mantenerse secas. Por eso la maternidad y comederos están sobreelevados a través de pilotes, a un metro del suelo, mientras que los pisos cuentan con ranuras para eliminar la orina y el estiércol, ya que los días de lluvia las cabras buscan rápidamente refugio y pueden pasar allí muchas horas.
- ¿Qué manejo sanitario realizan? - Normalmente hacemos tres desparasitaciones anuales, porque si bien es un animal muy rústico, el clima de nuestra zona, al ser húmedo, hace que no se corte el ciclo de los parásitos, un problema que no tienen las zonas áridas. De todas maneras se adapta bien al clima húmedo, siempre y cuando se le brinden las condiciones ideales de instalaciones ya mencionadas. A partir de la tercera o cuarta generación la adaptación es mayor, generándose mayor resistencia a enfermedades. Cuando comenzamos con el rodeo realizamos control de brucelosis.
Conversión de alimento en carne y comercialización
- ¿Cómo es la ganancia de peso y conversión en carne? - Es muy buena, ya que en cuatro meses una cabra Boer puede pesar, viva, unos 20 kilos, con una merma en faena del 45%, por lo que rinde unos 12 kilos de carne.
- ¿Cómo realizan su comercialización? - En la feria de la localidad bonaerense de Carmen de Areco, estamos vendiendo animales livianos en pie de entre 12 y 13 kilos a razón de 1.700 a 2.000 pesos cada uno. El mayor comprador de la feria es un frigorífico local. En la zona puede venderse entero como cabrito o como gordo trozado a unos 160 pesos el kilo. En cuanto a los reproductores, un macho puro de pedigree en el país se está vendiendo a unos 20.000 ó 30.000 pesos, mientras que uno importado de Sudáfrica cuesta unos 4.000 dólares. Las hembras son muy difíciles de conseguir.
- ¿Se puede aprovechar el cuero? - Actualmente en nuestra zona no tiene mercado, pero puede curtirse para la confección de alfombras u otro tipo de decorados, ya que es muy codiciado como elemento de ornamentación. En Catamarca hay mercado, pero para nuestra zona no se justifica económicamente por el costo del traslado.
Margen de ganancia muy superior al cultivo de soja
Por último, respecto a la rentabilidad actual, Fabián explicó que al tener una carga de 20 cabras por hectárea y lograr dos partos cada 14 meses, con un buen manejo se pueden obtener entre 30 y 40 cabritos por hectárea por año que representan entre 1.700 y 2.000 pesos. “Deduciendo los costos de producción, aproximadamente un 50% del precio de venta, la cría de cabras Boer deja un margen de ganancia muy superior al cultivo de soja”, aseguró, aunque, lógicamente, recordó que “demanda mucho mayor trabajo e inversión en instalaciones”.
En definitiva, hoy la cría de cabras Boer puede ser una alternativa y un recurso muy interesante para pequeños productores ganaderos de la región agrícola central, porque en poco tiempo, con instalaciones sencillas y con un costo accesible de alimento, siendo de producción propia, pueden obtener carne de alta calidad, como producto diferenciado, de escasa oferta en el mercado local y de alto valor económico, logrando una rentabilidad por hectárea superior al cultivo de soja.