Los avances tecnológicos innovadores se afianzan en el campo con el objetivo de lograr una producción más eficiente, certera y previsora. Los comederos inteligentes, los monitoreos con drones, el “Data Mining” y el “Blockchain” son algunos de los desarrollos que podrían generar un salto productivo en el sector.
Los comederos inteligentes, las modificaciones genéticas, los monitoreos con drones, los collares con GPS, los chips subcutáneos, el “Data Mining” para medir la huella de carbono y el “Blockchain” para procesar datos son algunos de las innovaciones tecnológicas que se afianzan en el campo. Alcanzar una producción más eficiente, certera y previsible, el desafío al que se enfrenta la ganadería del futuro.
De acuerdo con Aníbal Pordomingo, coordinador del programa Carnes y Fibras del INTA, el sector ganadero en la Argentina tiene tres grandes desafíos a corto plazo: el posicionamiento en el mercado global en sintonía con el mercado interno, reducir el impacto ambiental y aumentar la eficiencia en los procesos.
Para el especialista, resulta “trascendental” la implementación de herramientas que permitan alcanzar una mayor diferenciación del sector. “Necesitamos impulsar el aumento de la eficiencia productiva de la mano de la automatización de los procesos para luego, con el análisis y entrecruzamiento de los datos obtenidos, tomar mejores decisiones de manejo rápidas y precisas”, aseguró.
En este sentido, reconoció el gran aporte de las tecnologías innovadoras a la actividad y destacó los sistemas de alerta, de alarmas, los sensores, los chips, los GPS y los monitoreos automáticos. También, aquellas herramientas de análisis e interpretación de todos los datos disponibles online como la inteligencia artificial, el Big Data y el Machine Learning, entre otras.
Además, subrayó el gran aporte que hace y hará la edición génica (EG) al sector, tanto en el mejoramiento en animales como en plantas en beneficio de la producción sustentable y la predictividad de los resultados, en especial, en ambientes extremos.
Mediante esta herramienta es posible incorporar, en el genoma de los animales, alelos, genes o rasgos deseables de otras razas, o bien inhibirlos para mejorar la producción y calidad de los alimentos, así como favorecer el bienestar animal y la sanidad.