Investigaciones del INTA y la FAUBA lograron bajar hasta un 30% la liberación del principal gas de efecto invernadero de los bovinos, utilizando extractos de especies medicinales en la dieta. La innovación podría contribuir también a mejorar la productividad animal.
Un estudio de laboratorio del INTA y la Facultad de Agronomía de la FAUBA consiguió reducir hasta un 30% del metano generado en pequeños rúmenes artificiales de bovinos, mediante extractos de suico (Tagetes minuta) y poleo (Lippia turbinata), hierbas medicinales tradicionales de las sierras de Córdoba.
“Hasta hace un tiempo se estudiaron compuestos sintéticos para reducir la actividad de los microorganismos ‘metanogénicos’ del rumen. Sin embargo, se encontraron efectos tóxicos para el animal y residuos indeseables en la carne. Por eso, se están investigando estrategias naturales para bajar esa emisión y evitar pérdidas de energía que pueden llegar hasta el 12% del consumo", explicó María Carolina Scorcione, del INTA Manfredi, becaria del CONICET y estudiante de la Escuela para Graduados de la FAUBA.
Los resultados de esta investigación permitirán buscar vías para disminuir el impacto de la ganadería sobre el calentamiento global y, a su vez, aumentar la productividad animal, ya que durante la digestión ruminal, una parte del alimento se asimila y otra se transforma en metano, lo cual implica pérdidas de energía que podrían aprovecharse para producir carne.
“Pudimos verificar que al incorporar extractos de suico y poleo a dietas animales, la cantidad de microbios ‘metanogénicos’ disminuyó, por lo que se redujeron las emisiones", detalló Scorcione, aclarando que una vez que identifiquen las moléculas activas de estas especies vegetales intentarán sintetizarlas y, así, no dependerán de las cosechas.
“Estas moléculas son elaboradas por las plantas cuando sufren algún estrés. El poleo y el suico serranos poseen buen contenido de esos compuestos ya que allí están expuestas a factores ambientales limitantes", finalizó.