La producción de maquinaria agrícola fue incorporada por el Gobierno Nacional a la categoría de “actividades esenciales” y, por lo tanto, quedó fuera de la cuarentena.
Antes de la paralización obligada por el coronavirus, el sector transitaba un camino de reactivación, apoyado, en parte, por los créditos en pesos. ¿Cómo seguirá ahora la historia?
Ignacio Armendariz, Presidente de la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores (AFAT), analiza en diálogo con MaquiNAC el nuevo horizonte que se dibuja.
¿Qué paso al iniciarse la cuarentena?
Paramos por completo las actividades. Cerramos nuestras plantas, dejamos una guardia de seguridad.
Después, a través de algunas indicaciones de la Secretaría de Industria, dejamos una guardia para atender el abastecimiento de repuestos y de asistencia técnica.
La intención fue que no parara ninguna máquina en el campo.
¿La industria se movió en el nivel oficial para quedar exceptuada?
Sí. A través de un pedido que hemos hecho las distintas cámaras del sector industrial, logramos que el jueves pasado, el Gobierno se hiciera eco de esta situación.
Y así liberó a la producción de maquinaria agrícola para el reinicio de sus actividades.
¿Cuáles fueron los fundamentos del pedido?
Entendemos que la producción de maquinaria agrícola es un elemento sustancial en nuestra economía.
Frenar la producción de maquinaria agrícola implica también frenar la cadena de valor y la producción de alimentos.
Obviamente, este reinicio está sujeto a la máxima prudencia de las empresas en cuanto a cantidad de gente a movilizar y a protocolos de seguridad.
El clima de reactivación que se veía antes de la cuarentena, ¿puede volver o hay que asumir que estará parado el negocio?
Nosotros creemos que el negocio de la maquinaria se pondrá de nuevo en marcha.
Por supuesto, el reinicio será lento. Irá adquiriendo cada vez más importancia, pero sabemos todos que la producción agropecuaria es un motor tremendo que no para nunca.
Y esta producción necesita de tecnología, de tractores, de cosechadoras y de otros tipos de máquinas.
Pensamos que vamos a volver a los niveles que esperábamos. Obviamente, con los efectos del parate que hemos tenido y con una retomada lenta de la actividad.
Pero somos optimistas.
Antes del parate surgieron créditos oficiales y privados, en pesos y a menores tasas, para comprar maquinaria agrícola. ¿Qué pasará con esas líneas?
Debido a la falta de actividad bancaria no hemos podido chequear todavía cuál es el estado de esos créditos.
Estimamos que se van a mantener. Tal vez la tasa sufra algún retoque.
Pero si la voluntad del sector financiero y la voluntad política era tener estas líneas de préstamos en pesos, entendemos que se van a sostener pese a los problemas económicos.
¿Cuál es el estado de ánimo de los productores?
Hay intenciones de compra que se mantienen. Por cierto, esta situación nos ha dejado a todos congelados en una fotografía.
Ahora hay que transformar esta fotografía en película.
Pero repito, el productor agropecuario no para nunca. Llueva o no llueva, con precios buenos o precios regulares… la producción agropecuaria continúa.
Es lo que nos alienta a pensar que, poco a poco, retomaremos la actividad en niveles razonables.