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Contratistas de cielo y tierra en la pandemia: el rol de mujeres al mando de aviones y picadoras


virginia zarantonello

El testimonio de mujeres que desde diferentes roles, desempeñan un papel decisivo al momento de cooperar con la seguridad alimentaria.


Por tradición familiar, amor al campo, capacidad emprendedora, y causalidades de la vida, se sumergieron en un eslabón fundamental de la cadena agroindustrial. A partir del camino recorrido, cuentan cómo se empoderaron en un rubro donde la gran mayoría son hombres.


“Me crié entre aviones y siempre me gustó. Comencé con la formación de ingeniera agronómica en la Universidad Nacional de Rosario, y paralelamente rendí para obtener la licencia de piloto privado, de ahí en más seguí con la obtención de las demás licencias queme habilitan hoy a trabajar como piloto (Piloto Comercial, Instructor de vuelo, Aeroaplicador, Instructor de ETVI)”, contó la aeroplicadora Virginia Zarantonello (39), quien heredó la pasión por el campo y los aviones a través de su padre.


En Las Parejas, provincia de Santa Fe, localidad que se destaca por la presencia de una gran actividad industrial relacionada con la producción de maquinaria agrícola, Zarantonello se desempeña como como regente fitosanitario y piloto, además de la administración y monitoreo del campo.


Aún son muchas las mujeres que pueden consolidar su lugar dentro del sector agropecuario. Este viernes habrá un webinar en Agrofy News en donde "mujeres protagonistas" brindarán su visión sobre este tema. Estará liderado por "Pilu" Giraudo y Jorgelina Traut y te podés inscribir en este link.


En el caso de Zarantonello, corre con ventaja. “Siempre me sentí bienvenida y animada. Respetada en todos los ámbitos, y me han dado lugar como a cualquier otra persona. No me han tratado con diferencia”, comentó y resaltó: “Uno se diferencia de los demás por sus capacidades, no por su género. Termina existiendo una ventaja, pero en el buen trato”.

La aviación agrícola es un sector de vital importancia para la agroindustria. No obstante, se presentan muchos cuestionamientos como así también desinformación y corrientes ideológicas en lo que respecta al uso de fitosanitarios.


Al respecto, y en diálogo con Agrofy News, la aeroaplicadora santafesina, sostuvo: “Existe una regulación, tenemos la información y el conocimiento como para hacer las cosas bien, y no hacer macana. Si uno tiene criterio para hacer un buen trabajo, no debería salir mal. Hay que tener en cuenta las condiciones ambientales: humedad, temperatura, dirección e intensidad de viento”.


Al ser consultada sobre la importancia de la aeroaplicación, la santafesina con 1.300 horas registras de vuelo, explicó: “Es una herramienta que permite hacer las cosas rápidas en el momento que se necesita, y cuando el equipo terrestre tiene dificultad para acceder por falta de tiempo o porque el cultivo ya tiene un desarrollo, ahí es donde la aeroaplicación es imprescindible”.


En la misma línea, agregó que “el avión también sirve para la aplicación de fertilizantes, y la siembra de cultivos de cobertura”.

Rompiendo estereotipos


Mucho se habla de empoderar a las mujeres para que lleguen a ocupar puestos de decisión. Este sería el caso de dos hermanas contratistas que lograron romper con el esquema.


La familia de Valeria (35) y Natalí (31) Carabelli, siempre se dedicó a la ganadería y a la agricultura, y ellas continuaron por ese camino. “A fines de 2010 apareció una muy buena oportunidad para adquirir una segadora, así que la compramos y nos dedicamos a realizar segado a otra empresa de picado y en enero de 2011, compramos la picadora”, cuentan las hermanas Carabelli, quienes desde muy jóvenes se sumergieron en el universo de los contratistas forrajeros.



valeria y natalí carabelli


“Somos el tercer equipo que hay en la zona. Con la ayuda de unos conocidos y de mi marido que conocían del rubro, empezamos aprender con ellos”, señaló la hermana mayor.

La empresa se encuentra en Santa Clara de Buena Vista, un pueblito santafesino de 3.000 habitantes. Actualmente, Valeria y Natalí dirigen el negocio y se encargan de administrarlo. Si bien comenzó como un pequeño proyecto, con los típicos altibajos de cualquier emprendimiento, poco a poco fue creciendo.


En diálogo con Agrofy News, Valeria reconoció que “al principio fue complicado porque las inundaciones afectaron a los clientes, y en aquel momento no sabíamos si seguir o no, porque éramos dos mujeres. Luego, nos empezó a ir mejor, a tener clientes importantes, y nos dedicamos 100% a esto”.


La mayoría de sus clientes y empleados son hombres. Al ser consultadas sobre este intercambio, respondieron: “Nunca sentimos esa diferencia o nos hicieron sentir inferiores; al contrario, hay lugares donde se sorprenden de que dos mujeres estén al mando de la empresa que ofrece servicios”.


Según comentaron a este medio, la receta para llevar adelante una relación armoniosa, es la comunicación. “Hablamos mucho con los empleados, los escuchamos y los integramos como una gran familia. Hay algunos que son mucho más grandes -en cuanto a edad- que nosotras, y otros más pequeños. Sin embargo, tenemos un excelente vínculo”.

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