“Alta inestabilidad”: preocupación por pronósticos de más lluvias en un momento definitorio de la cosecha
- Alejandro Bardini
- hace 1 día
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Una nueva tanda de lluvias volvió a complicar la cosecha gruesa en la región agrícola central. Esta vez, las precipitaciones se concentraron durante el fin de semana en el norte de la zona núcleo y, entre ayer y hoy, se extendieron hacia la franja este. Volvieron a caer volúmenes importantes en lugares clave como el norte de Buenos Aires, donde Chacabuco marcó 50 milímetros, y también en Entre Ríos, donde se superaron los 100 mm en varias localidades. En este contexto, crece la preocupación entre técnicos y productores por la demora en el avance de cosecha, las dificultades para ingresar con maquinaria a los campos, y el riesgo de que se afecte la calidad de los granos.
Florencia Poeta, especialista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), explicó que la cosecha de maíz temprano y soja de primera avanza muy lentamente en la región núcleo, que abarca el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires y el sudeste de Córdoba. “Hasta la semana pasada teníamos un avance de cosecha del 2% en soja de primera y del 80% en maíz temprano. Estaba trabada la cosecha, se va avanzando en los espacios entre tormentas, entre lluvias”, señaló.
Durante el último fin de semana, una ventana breve de buen tiempo permitió algo de trabajo en el campo, pero las nuevas lluvias del domingo volvieron a complicar todo. “Tuvimos acumulados importantes, especialmente en la zona norte de la región núcleo, como el centro-sur de Santa Fe y los alrededores de Rosario, donde en algunos sectores se superaron los 50 milímetros”, detalló Poeta. Y agregó: “Estos se vienen sumando a las lluvias de las semanas anteriores, y los pronósticos para esta semana indican alta nubosidad e inestabilidad. Todo esto limita el avance de la cosecha”.

Entre el lunes y ayer, las precipitaciones acumuladas fueron las siguientes: Bigand, 24 mm; Pergamino, 32 mm; Rosario, 34 mm; Álvarez, 28 mm; y Baradero, 52 mm. Estos milímetros se sumaron a los registros del fin de semana, que dejaron: Irigoyen: 42 mm; Carlos Pellegrini, 40 mm; Clason, 39 mm; Montes de Oca: 36 mm; Bell Ville, 22 mm; Bigand, 20 mm, y Rosario, 20 mm. Estos registros reflejan la persistencia del mal tiempo y su impacto en una cosecha que apenas comienza a moverse.
Además del exceso de agua, la especialista explicó que se sumaron las bajas temperaturas del fin de semana, con registros de entre 2 y 4 grados. “Fueron heladas agronómicas. Aún estamos evaluando posibles daños. En principio no se reportan afectaciones importantes, pero podría haber impacto en los maíces tardíos, sobre todo en los cuadros que están en grano lechoso”, aclaró.
En general, la combinación de lluvias persistentes y temperaturas bajas provoca un escenario complejo. “La humedad alta impide que el grano se seque bien. El suelo está saturado, no se puede ingresar con las cosechadoras, y hay problemas de huellas que afectan los lotes para futuras labores”, explicó.
Otro problema que está apareciendo en soja es el tallo verde y la presencia de vainas verdes retenidas, una consecuencia del estrés hídrico que sufrieron los cultivos durante el verano. Esto también complica el trabajo de las cosechadoras, incluso en los pocos momentos en los que se puede ingresar a los lotes.
En Entre Ríos la situación no es muy distinta. Manuel Villagra, gerente de la Bolsa de Cereales de esa provincia, señaló que recién la semana pasada empezó la cosecha de algunos lotes en la zona de Victoria. “Hay preocupación, porque aparentemente se avecinan varios días de lluvias o garúas que no van a permitir que los lotes se sequen bien para poder entrar a trabajar. También hay temor de que haya problemas de calidad o incluso riesgo de podredumbre. Justo ahora empieza la etapa de senescencia de la soja”, advirtió.
El mapa de reservas hídricas en Entre Ríos muestra que ha llovido en toda la región y que el centro-sur de la provincia ya tiene zonas con exceso de agua. “Más allá de que complique la entrada de las máquinas, también puede provocar problemas en la calidad de las hojas al momento de la recolección, y está el riesgo de rotura de los campos. Esperemos que esto pase rápido y vengan días soleados, con buen viento para que seque todo bien”, agregó Villagra.
Durante la última semana, las lluvias acumuladas en Entre Ríos fueron destacadas: Arroyo del Medio registró 116,2 mm; Palavecino, 112,8 mm; Larroque, 108,8 mm; Gualeguaychú, 101,4 mm; Humaitá, 98,6 mm; Colonia San Carlos, 94,6 mm; La Criolla, 92,4 mm; Basualdo, 88,0 mm; y Sauce de Luna, 81,0 mm. Los datos reflejan un escenario de alta saturación hídrica en la provincia.
En cuanto al avance de la cosecha, los rindes de soja hasta ahora, aunque con un porcentaje de avance muy bajo, rondan los 35 quintales por hectárea en lotes de grupos cortos. A pesar de los retrasos y complicaciones, se estima que será una buena campaña para la oleaginosa, aunque habrá que ver si estas lluvias no terminan generando alguna merma en calidad.
Por otro lado, empieza a perfilarse el panorama para el trigo, el principal cultivo de invierno en la provincia de Entre Ríos. Más allá de las actuales complicaciones climáticas, los datos de las últimas campañas son alentadores: en los dos últimos ciclos se superó la barrera de las 600.000 hectáreas sembradas, y en los últimos cuatro años el rendimiento promedio provincial fue superior a los 3100 kg/ha, incluso en condiciones de escasa lluvia durante buena parte del ciclo.

Tomás Kember, especialista en clima de la Bolsa de Cereales de Córdoba, describió un escenario similar. “Tuvimos un marzo totalmente atípico, con lluvias muy por encima del promedio histórico. En el norte de Córdoba, en zonas como Río Seco, se registraron casi 400 mm en pocos eventos. Todos los departamentos estuvieron por encima de su media histórica, y la mayoría superó el 100%”, contó.
Si bien señaló que las lluvias continuaron en abril y que esto viene generando demoras en la cosecha, aclaró que en Córdoba la situación no es tan compleja como en otras regiones. “Córdoba tiene muchos cultivos tardíos, por lo que la soja aún podría verse beneficiada por la humedad. Pero en el caso del maíz, que ya está próximo a cosecharse, puede haber demoras claras”, advirtió.
En ese sentido, mencionó que los departamentos más complicados son los del sudeste provincial —como Marcos Juárez y Unión—, donde las lluvias recientes podrían generar inconvenientes, sobre todo porque allí predominan los cultivos tempranos.
En tanto, desde el sudoeste bonaerense —una de las zonas más afectadas por las precipitaciones de marzo— advirtieron que aún persisten las consecuencias del exceso de agua. En partidos como Bolívar, Nueve de Julio y Carlos Casares, más de 200.000 hectáreas quedaron bajo el agua.
En diálogo con LA NACION, Alfredo Alzueta, presidente de la Regional Aapresid de Bolívar, explicó que “Bolívar, hacia el sur, en la zona de La Barrilla, fue una de las más afectadas por las inundaciones”. Si bien los dos arroyos que atraviesan el partido “dejaron mucho daño”, el agua ya comenzó a bajar porque llegó a la cuenca del río Salado, lo que permite una leve normalización de la situación hídrica.
En la zona norte del partido, donde las condiciones fueron menos severas, se logró cosechar el girasol, con buenos rendimientos. También comenzó, aunque de forma muy lenta, la cosecha de maíz. “A la soja todavía le faltan unos 15 o 20 días”, indicó Alzueta.
Respecto al maíz, detalló que se cosechó muy poco y con rindes que van de buenos a medianos. Sin embargo, persisten serios problemas de piso. “Lamentablemente, los cultivos están a punto para ser cosechados, pero en muchos campos, cuando entra la cosechadora, se hacen huellas profundas, se rompe el terreno y la máquina se encaja”.
“El avance por ahora es incipiente. Por suerte, las lluvias se cortaron y los próximos días todavía son largos, así que esperamos que mejore la condición del suelo para poder avanzar con la cosecha”, concluyó.
La Nacion
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