Este año la producción ganadera de Estados Unidos pasó de una etapa de liquidación a una de retención de hacienda, lo que llevó a la producción y las exportaciones a la baja, e hizo crecer las importaciones. Se espera que ese proceso dure durante todo el 2025 y llegue hasta bien entrado el 2026.
Entre enero y septiembre de este año, las importaciones de carne de ese país crecieron 15%, pasando de 1 millón de toneladas compradas en igual período del 2023, a las 1,15 millón de toneladas de 2024, según detalló el analista Ignacio Iriarte. La crisis de oferta es más grande de lo que se informa.
El USDA hizo un cálculo muy conservador en su último informe y estimó que este año las importaciones crecerían 12% y el que viene 5%. Todo muy lejos de lo que marca la realidad.
El mismo proceso productivo comenzó a darse desde hace unos meses en Brasil. La faena y la producción de carne comenzaron a bajar luego de un año de liquidación del stock, y ahora su oferta en el mercado mundial tiende a reducirse.
Por otra parte, China tiene necesidad de importar más debido a la -cada vez- mayor inclusión de este alimento en la dieta de su población. En 2025 se espera que compre por 3,83 millones de toneladas, un 4% más que este año y 6% más que en 2023.
Estos cambios repercuten en el mercado mundial, lo que quedó en evidencia en la reciente SIAL de Paris, así como en las estadísticas y datos que se van conociendo.
Estados Unidos está pidiendo carne y sale a competir con China en un mercado que tiene poca capacidad de respuesta, ya que Brasil, que significa nada menos que el 25% a 30% de la oferta mundial, tiene menos para comercializar.
En la SIAL los importadores chinos no tuvieron más alternativa que pagar entre 200 y 300 dólares más por los cortes que llevan habitualmente, como garrón y brazuelo, pero sobre todo por los sets de cortes de vaca.
Los exportadores argentinos colocan ahora a aquellos dos cortes cerca de los 5.000 dólares y los mencionados sets en torno a los 4.700. A esos precios hay que sumarle un 12% de arancel.
Para ingresar al mercado estadounidense hay que pagar 26% de arancel, “pero los precios vienen en suba y descontado ese porcentaje resultan convenientes”, según dieron cuenta los exportadores.
Estos señalaron que les queda en mano un valor cercano a los 5.000 dólares, levemente superior a los de China.
Más allá de las variaciones en los valores, lo importante es que al gigante asiático le surgió un competidor coyuntural, cuya demanda durará mientras siga la retención. En el mientras tanto, hay que aprovechar el nuevo escenario de precios.
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