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Informe de la Red de Monitoreo se nota un retroceso de la chicharrita, pero igual resiste y acecha


“En el período comprendido entre el 18 de agosto y el 3 de septiembre de 2024 se registró una disminución de los valores de captura de adultos de Dalbulus maidis con trampas cromáticas adhesivas en la mayoría de las localidades relevadas, con una magnitud mayor en las regiones del NOA y Centro Norte (principalmente en el norte de Córdoba)”.


Eso dice como conclusión el tercer informe de monitoreo de la Red Nacional conformada por casi todas las entidades agrícolas de la Argentina, para dimensionar el avance o retroceso de la plaga conocida más vulgarmente como chicharrita, que es el vector de un complejo de enfermedades que provocan el achaparramiento del maíz. Por eso se han colocado trampas en 387 localidades, con la aspiración de llegar en breve a 450 sitios estratégicos.


Desde la primera medición, hace tres semanas, se han ido registrando tendencias decrecientes en el número de capturas. Pero lejos está el peligro de haber sido conjurado.


El siguiente gráfico resume de otro modo la evolución de las poblaciones detectadas de la chicharrita desde que comenzó el monitoreo:


En la semana precedente, dice el monitoreo, hubo una “marcada oscilación térmica (intervalos de altas y bajas temperaturas)”. Por eso se sospecha que “esta amplitud térmica podría ser un factor influyente en la sobrevivencia de los adultos de D. maidis, entendiendo que estos cambios bruscos de temperaturas pueden aumentar el estrés térmico y reducir la sobrevivencia de aquellos individuos que logran soportar las condiciones térmicas de este último invierno (intensidad y duración de heladas)”.


“Por otro lado, la población de adultos invernales de D. maidis se encuentran en la fase final de su ciclo de vida, aspecto intrínseco a la longevidad de la especie (90 días aproximadamente), lo que implica que los valores podrían continuar disminuyendo, en la medida que no consigan refugio y maíz para alimentarse y reproducirse (monofágia)”, se agregó.


La red insistió entonces que la clave ahora es erradicar todo rastro de maíz guacho. “Las precipitaciones que ocurrieron en algunas regiones en este último período podrían desencadenar la proliferación de maíces voluntarios, que inicialmente actuarían como fuente de alimento, permitiendo con posterioridad, la multiplicación de las chicharritas que sobrevivieron al invierno. Por ello, se recomienda la intensificación del monitoreo, la eliminación y/o control de los maíces voluntarios, elemento fundamental para el desarrollo de la plaga y del complejo de patógenos causantes del achaparramiento del maíz”.


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