El impacto de la última sequía, sumado a olas de calor y temperaturas extremas, afectó a la gran mayoría de las zonas agrícolas de Argentina y recortó sensiblemente los rindes o directamente malogró masivamente a los cultivos en sus lotes. A partir de esto un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) consignó que la cadena granaria argentina durante la campaña comercial 2022-23 consumirá 1.651 millones de litros de gasoil, implicando una caída superior al 20% respecto al ciclo anterior, y que, por primera vez, fue mayor el uso del combustible en la etapa de siembra y fertilización que durante la cosecha y posterior transporte de los granos obtenidos.
Así, el trabajo que lleva la firma de especialistas como Emilce Terré y Franco Ramseyer, aseguró que este consumo de gasoil será un 21% menor a lo registrado en el ciclo agrícola anterior.
En el informe de la entidad rosarina se explicó que a diferencia de otras campañas, en donde el consumo predominante en combustible se realizaba en la etapa del transporte de granos, a partir del resultado de los bajos rindes obtenidos tras una fuerte sequía, en el ciclo 2022-23 el grueso del gasto en gasoil (es decir un 57%) ocurrirá durante la fase de producción de granos, mientras que sólo un 43% se utilizará para cumplir con el transporte de la mercadería obtenida para su tránsito hasta los destinos productivos o comerciales. Este tipo de suceso, tal como admitieron los técnicos de la Bolsa de Rosario, nunca se vio en la Argentina.
Consumo de gasoil
En este sentido, Ramseyer dijo a Infobae que “resulta atípico que se consumió más combustible en la siembra que en el tiempo de cosecha: el gasto en gasoil en la etapa de producción de granos, es decir siembra, fertilización y fumigación fue de 935 millones de litros, un 1% por debajo del ciclo previo, mientras que en la etapa de cosecha y transporte de granos, se consumirá 716 millones, con una caída muy importante cercana al 37% respecto al año anterior muy por debajo de campañas anterior”.
Al monetizar el gasto que se deberá realizar en combustible para sembrar, cosechar y transportar los granos obtenidos en el ciclo 2022-23, los técnicos de la entidad bursátil consignaron que esto equivaldría a unos USD 1.754 millones, valuados a un tipo de cambio de 230 pesos por dólar. “Con esta cifra –aseguró Ramseyer– estamos en unos USD 150 millones de dólares por debajo de lo abonado en ciclos anteriores, cuando dicho gasto rondaba los USD 1.900 millones”.
Viajes
Por supuesto, esta caída en los rindes de las cosechas, se traduce en una menor producción. Solo a modo de ejemplo, la producción de soja en la presente campaña caerá un 50% al pasar de 42,5 millones de toneladas en la 2021/22 a 21,5 millones en la actual, mientras que la de trigo también cayó a la mitad al pasar de 23 millones a 11,5 millones de toneladas y esto obviamente repercutirá en la cantidad de viajes de los camiones para transportar los granos obtenidos, que según Ramseyer será 400.000 menos.
Así, el especialista estimó que “durante la actual campaña, solo se movilizarán 1,2 millón de camiones para la carga y transporte de los granos desde los campos hasta puertos, acopios y fábricas, con viajes de ida y vuelta, cuando en el ciclo anterior se logró mover 1,6 millón de camiones en tránsito: es decir que por la sequía, y menor cosecha, provocará la suspensión de unos 400 mil viajes de camión lo que tendrá una implicancia muy grande en la actividad económica en las principales regiones agrícolas del país”.
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