Mucho se ha hablado a lo largo de estos últimos años de la conectividad en sector rural. También son muchas las compañías y empresas que viraron buena parte de sus innovaciones tecnológicas e industriales hacia la recolección de datos, mediciones, y la incorporación de dispositivos digitales a la producción agrícola.
Gran parte de este vuelco, tiene un inexorable basamento en la conectividad, como en cualquier centro urbano. El sector agrícola de punta está andando ese sendero, con empresas apostando fuerte por maximizar eficiencia gracias a la tecnología.
Pero no siempre hay buena conectividad. El ámbito rural suele ser reconocido por la falta de señal de teléfono, ya sea para una llamada o una conexión de datos. En el campo hay que moverse para agarrar señal, o recorrer algunos metros para tener estabilidad. Eso se profundiza a lo largo y ancho del país.
En plena zona núcleo pampeana, donde esta eficiencia productiva encuentra mayor sentido, hay baches de conectividad, contando verdaderos huecos de inconexión. Uno de ellos es el corredor entre Pergamino y Rojas, en el noroeste bonaerense, y en pleno corazón productivo agrícola.
Allí, en esos casi 50 kilómetros entre una localidad y otra, recorriendo la Ruta Nacional 188, es famosa la zona por convertirse en un agujero negro de conectividad. Y para aquel que recorre la ruta puede no ser grave. Pero esta región comprende unas 500 mil hectáreas, con comunidades que habitan allí. Y también los lotes más productivos del país.
La falta de conectividad en el campo argentino es un desafío histórico que limita tanto la productividad como la calidad de vida de quienes habitan en las zonas rurales.
Es por esto que tomó forma la reciente instalación de un proyecto de conectividad 4G en el clúster Pergamino-Rojas, que marca el comienzo de una transformación significativa. La iniciativa, que abarca dos municipios, promete mejorar la conectividad, no solo para el agro, sino también para las comunidades rurales, que históricamente han estado desprovistas de servicios digitales.
La empresa de comunicaciones Telecom puso en marcha este proyecto que contempla la instalación de 8 antenas en esa región, que promete mejorar la conectividad. De esas ocho ya hay cinco instaladas y funcionando, y se espera que en los próximos meses comiencen a operar las restantes tres, prometiendo una oferta de conectividad del 97%-
Si bien esta obra está impulsada por la empresa de telecomunicaciones, tiene el patrocinio de otras 14 grandes compañías del sector agropecuario, que invirtieron unos 100 mil dólares cada una para financiar la instalación de las antenas. En esa lista se cuentan multinacionales de maquinaria agrícola, de insumos, semilleras, entidades financieras y de seguros, entre otras.
Fernando Freytes, gerente de Internet de las Cosas de Telecom, empresa a cargo de la implementación, destacó el impacto positivo que ya se empieza a percibir. “Este proyecto nace con un sueño muy grande: conectar los 40 millones de hectáreas productivas del país. Encontramos en Pergamino y Rojas el lugar propicio para llevar a cabo este desafío”, explicó Freytes.
El impacto ya se siente en el día a día de los pobladores y productores. “Hoy ya tenemos 21.000 llamadas diarias y 130 gigabytes de consumo de internet, lo cual es un número sorprendente para un lugar que antes no tenía conectividad”, añadió el gerente.
Cada antena, con una altura de entre 40 y 60 metros, tiene un radio de cobertura de entre 15 y 25 kilómetros, dependiendo de la ubicación. Estas antenas irradian la señal 4G, lo que ha permitido que los pobladores y productores de la zona accedan a servicios que antes eran impensables en el campo, como llamadas de voz y acceso a internet de alta velocidad.
Freytes mencionó que, al encenderse las antenas, se ha comenzado a notar el impacto inmediato en términos de tráfico de datos. “Es sorprendente ver cómo, con solo haber encendido las antenas, ya tenemos 21.000 llamadas diarias y 130 gigabytes de consumo”, expresó. El siguiente paso será extender la cobertura y garantizar la continuidad del servicio, algo clave en zonas rurales donde la señal solía interrumpirse fácilmente.
El beneficio de contar con esta conectividad va más allá de la eficiencia en las cosechas o el uso de maquinaria agrícola conectada. Los impulsores de este proyecto afirman que hoy los habitantes de estas zonas rurales pueden hacer consultas médicas virtuales, estudiar online y evitar viajes largos para acceder a servicios básicos. Freytes destacó que el acceso a internet también favorece la sustentabilidad, al permitir el monitoreo de recursos y optimizar el consumo de combustible al evitar desplazamientos innecesarios.
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